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Don Fructuoso Carpena Pellicer

Mes de publicación

Febrero 1993

Cedente

Agustín Cifuentes
  • Don Fructuoso Carpena Pellicer
  • Alejandro Tomás Ibáñez (ATOMI)
  • Seguramente que ahora,
    habrá unos cuantos, apenas,
    en Hellín, que sepan quien,
    quien fue FRUCTUOSO CARPENA,
    hombre inquieto, idealista,
    de privilegiao cerebro
    que, aunque no era paisano,
    se vinculó a nuestro pueblo,
    con lazos tan verdaderos,
    que terminó por sentirse
    como auténtico hellinero.

    No conozco con certeza,
    la fecha en que nació,
    mas se cuenta
    que debió ser
    por el año mil ochocientos setenta.

    Aunque era oriundo de Hellín
    desde niño y mozalbete,
    en unión de su familia,
    residía en ALBACETE,
    circunstancia que asevera
    un testigo presencial,
    su compañero de estudios,
    el maestro ALBERTO PRATS.

    Quien junto con DON FRUCTUOSO,
    asistía a la Academia
    de DON INOCENCIO HERMOSO,
    con quien, ambos, estudiaron
    la música y el solfeo:
    PRATS, para profesional,
    CARPENA, como  recreo.


    Con perfección dibujaba,
    en estilos muy diversos,
    y con gran facilidad
    componía bellos versos,
    que muchas veces premiaban
    en Concursos Literarios.
    Tenía por las Bellas Artes,
    un instinto extraordinario,
    pero su afán por las cosas
    duraba pocos instantes,
    tenía carácter voluble,
    novelesco e inconstante.


    Decide por fin hacer,
    la carrera de Derecho
    y sus estudios culmina
    con relevante provecho.
    Rápido y extraordinario.
    A los veinticinco años,
    saca plaza de NOTARIO,
    y vino aquí, con el fin
    de hacerse cargo, enseguida,
    de la NOTARIA de Hellín.

    No transcurrió mucho tiempo
    sin que DON FRUCTUOSO
    fuera atraído por los encantos
    de una distinguida hellinera.
    Fue DOÑA AMELIA PRECIOSO,
    una mujer dulce y buena,
    la que eligió para esposa
    y se desposó con ella.

    Era nuestro DON FRUCTUOSO,
     inquieto y emprendedor,
    intrépido, inconstante,
    idealista y soñador.
    Un hombre que no podía
    permanecer sedentario,
    como le obligaba a estar
    su profesión de Notario,
    atenderla le costaba
    un esfuerzo extraordinario,
    y de paciencia un derroche.
    Y estimulao por su suegro,
    DON JOSÉ PRECIOSO ROCHE,
    CARPENA, huyendo del ocio,
    decidió compaginar
    su actuación como Notario
    con la actividad industrial.
    Ayudado por su suegro,
    en Hellín, puso en función
    unos grandes e importantes
    talleres de fundición.
    Era un negocio eficiente,
    pero, para serenar su espíritu
    no resultó suficiente.


    Con el ánimo de dar
    nuevo horizonte a su alma,
    consiguió ser trasladado
    a una Notaría en LAS PALMAS
    y aunque aquella Notaría
    era de importancia buena,
    hizo nueva oposición
    ganando otra en CARTAGENA.


    De siempre sintió CARPENA
    una afición decidida,
    de dedicarse al estudio
    de la ANTROPOLOGÍA,
    influido por la obra
    llamada REVOLUCIÓN,
    que escribió LEÓN TOLSTOY
    y tanto le emocionó.

    Era la ANTROPOLOGÍA
    en el orden criminal,
    ciencia que se hallaba entonces,
    en fase experimental.
    Una ciencia que era entonces
    tan solo embrionaria,
    no se podía estudiar
    de una forma rutinaria.
    Había que ir a estudiarla
    en sus humanas estampas:
    en cárceles y prostíbulos,
    en bajos fondos del hampa,
    por tal causa, Don Fructuoso
    tras el permiso obligado,
    se propuso hacer estudios
    en el terreno adecuado,
    y dispuesto a redimir
    del suplicio al presidiario,
    tras de hacer total renuncia
    a su plaza de Notario,
    le dedicó su talento
    y toda su actividad,
    solo con sus propios medios,
    sin una ayuda oficial,
    al triste peregrinaje
    apostólico, que entraña
    las incesantes visitas
    a las cárceles de España.

    Para explicar su experiencia,
    se dedicó a publicar
    un libro que tituló
    ANTROPOLOGÍA CRIMINAL,
    libro que aunque en España
    tuvo escasa difusión,
    en cambio, en el extranjero
    tuvo mucha aceptación.
    Traducido a varias lenguas
    fue la causa principal,
    de que CARPENA adquiriera
    un prestigio universal.


    Continuamente ampliaba
    estos estudios penales,
    intentando interesar
    en ellos a sus amistades,
    y en unión de otros señores,
    que estos estudios seguían,
    crearon el INSTITUTO
    DE LA CRIMINOLOGÍA,
    que se estableció en Madrid
    de manera permanente
    y del cual, fue designao,
    DON FRUCTUOSO, presidente.

    Como se había extendido
    su fama en el extranjero,
    los pueblos americanos,
    su presencia requirieron,
    pidiendo marchara allí
    a pronunciar conferencias,
    pues, deseaban saber
    su criterio en esta Ciencia.
    Con tal misión recorrió
    por la América Latina,
    y como criminalista
    su gran crédito culmina.
    Pero , al volver a su Patria,
    después de haber demostrado
    que, en este orden, era España
    país muy adelantado,
    lejos de ser recibido
    con el honor pertinente,
    encuentra por todos lados,
    un vacío indiferente.
    Nadie aprecia su valor,
    de su eficacia se duda
    y no halla por ningún lado
    ningún apoyo ni ayuda,
    por lo que decepcionado
    y sin esperanza alguna
    y haber gastado en la empresa,
     totalmente su fortuna,
    agravada la cuestión
    por la muerte de su esposa
    y sufriendo enfermedades
    prolongadas y costosas,
    se hubo de refugiar,
    pese a su genio y talante,
    en la institución llamada
    EL INSTITUTO CERVANTES,
    que ASOCIACIÓN DE ESCRITORES,
    tenía en Madrid instalado,
    para prestarles ayuda
    a autores necesitados.


    Pero no era DON FRUCTUOSO,
    hombre que se resignaba
    a una situación tan triste,
    tan injusta e inhumana,
    decidió tras de sufrir,
    según el mismo decía,
    los días más desgraciados
    y más tristes de su vida,
    el Ministro de Justicia
    admitió su petición
    de por la que solicitaba
    su total reposición
    en el cargo de NOTARIO,
    que en su día abandonó.

    El día de la Purísima
    del año de gracia mil
    novecientos treinta y cinco,
    LA GACETA DE MADRID,
    publicaba, en este día
    la LEY FRUCTUOSO CARPENA,
    que lo siguiente decía:
    “Se repone, al que fue
    NOTARIO DE CARTAGENA
    y hoy, es criminalista
    DON FRUCTUOSO CARPENA”.
    Desde el preciso momento
    que esta LEY entró en vigor,
    tuvo todos los derechos
    y deberes, de rigor
    disponía que en el
    Escalafón Notarial,
    fuera incluido su nombre
    con la misma antigüedad
    que le hubiera correspondido,
    si su permanencia en él
    no se hubiera interrumpido.


    Pero CARPENA siguió
    con su obsesivo deseo
    de hacer LA FEDERACIÓN
    DE LA CRUZ PENITENCIARIA,
    dedicada a la protección
    de presos y delincuentes
    y a su regeneración.

    Aún no he dicho que CARPENA
    manifestó otras facetas,
    fue orador, conferenciante,
    dramaturgo y buen poeta.

    Escribió con galanura
    temas de Antropología,
    y de ensayos y comedias
    tuvo amplia biografía.


    Hellín profesó a CARPENA
    respeto y admiración,
    de la que hizo repetida
    y clara demostración.

    Ocupó la Presidencia
    del ATENEO CULTURAL.
    Fue objeto de homenaje
    que congregó en la Ciudad
    muchas personalidades
    del ámbito nacional,
    que según dijo una de ellas,
    vinieron a ser testigos
    del justo homenaje a un sabio,
    y del cariño a un amigo.

    En  el año treinta y seis,
    entre la “marimorena”,
    que armó la Guerra Civil,
    se difuminó CARPENA,
    ignorándose cuál fue
    su estancia y actividades
    y cuál fue su situación
    aquellos días fatales.

    Al acabar la contienda,
    se dijo que falleció
    pasado el año cuarenta,
    pero aunque lo he intentado
    no he podido averiguar
    sobre su fallecimiento,
    ni la fecha, ni el lugar.

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