Cristóbal Lozano

En el mil seiscientos nueve
un día de Navidad,
nacía en Hellín un niño
envuelto en gran humildad.
El padre de este muchacho
era un modesto artesano.
El nacío de referencia
era  CRISTÓBAL LOZANO,
persona que, andando el tiempo
habría de destacar,
hasta ser un literato
de renombre universal,
a más de ser un famoso
maestro en Filosofía,
y en el orden religioso,
gran Doctor en Teología.

Su padre se percató
de las buenas cualidades
que este muchacho mostraba,
en cuestión de humanidades.
Por esta causa no quiso
ponerlo en su mismo oficio,
y aún cuando su decisión
le costara sacrificio,
a pesar de los pesares,
para que se hiciera cura,
lo mandó a ALCALÁ DE HENARES.

Se ordenó con brillantez,
y al terminar la carrera,
fue destinao como Párroco,
al pueblo de Lagartera.

Con un gran afán siguió
estudiando, día a día,
hasta que alcanzara a ser
un Doctor en Teología.

Vino destinao a HELLÍN,
como Ecónomo y Vicario,
pero tanto destacó
su saber extraordinario,
que no estuvo mucho tiempo,
aquí, en su tierra natal,
ya que le dieron la plaza
de PROCURADOR FISCAL
del Obispado de Murcia.

Fue su destino, después,
la CATEDRAL DE TOLEDO,
regentando la Capilla
dedicá a los REYES NUEVOS.

Sus quehaceres eclesiásticos,
no fueron impedimento,
para que, este hombre, ampliara
sus grandes conocimientos.

Aprendió griego, latín,
el francés y el italiano,
y llegó a ser un gran Teólogo,
Maestro en Estudios Humanos.

También demostró LOZANO,
la extensión de su cultura  
con su abundante y variada
labor en LITERATURA.

Cultivó todos los géneros,
igual en prosa que en verso,
escribió veintidós obras
con asuntos muy diversos.
Produjo poemas líricos,
novelas, obras didácticas,
obras didáctico-ascéticas,
e históricas-fantásticas.

Destacaron de sus obras,
la que llamó SOLEDADES
un conjunto de novelas
con asuntos muy morales.
También, su obra didáctica,
titulada EL BUEN PASTOR.

Pero de sus obras dicen
que llegó a a ser la mejor,
la que llamó REYES NUEVOS,
porque en ella se explicara,
la vida de aquellos Reyes
de la Casa Trastamara.

Su labor como escritor
fue tan fecunda y lozana,
que figura entre los clásicos
de la Lengua Castellana.

Lástima que hombre que fue
un dechado de cultura,
viera parado su ascenso,
por su muerte prematura.

Murió a los cuarenta y nueve
años, casi un mozalbete,
el tres de octubre del mil
seiscientos setenta y siete.

Aunque falleció en Toledo,
por su expresa voluntad
su cuerpo fue sepultado
aquí, en su tierra natal.

En la Iglesia del Convento
de los Padres Franciscanos
de Hellín, reposan los restos
de DON CRISTÓBAL LOZANO.

J. DE ARAGÓN